¿Qué son los muñecos reborn?
Son bebés… pero no vivos. Los reborn son muñecos hiperrealistas que imitan a un bebé humano con detalles brutales: venas, pliegues, pestañas, incluso peso y temperatura corporal. Su origen es artístico, pero hoy son parte de una comunidad entera que los trata como si fueran hijos. Y no, no es broma.
En Brasil, esta tendencia está desatada: influencers los llevan en carriolas por centros comerciales, los inscriben a jardines de infancia simbólicos, les dan mamila en vivo y suben todo a TikTok o YouTube. Lo que parecía solo un hobby, se volvió viral… y ahora, político.
De pasatiempo tierno a debate legislativo
Lo que encendió la mecha fue que algunas personas comenzaron a llevar a estos muñecos a consultorios médicos o incluso a hospitales públicos. Aunque en algunos casos se trataba de dinámicas terapéuticas (como en personas con depresión o duelo por pérdida), hubo también quienes solo buscaban grabar videos virales simulando urgencias médicas.
Esto provocó indignación y ya hay propuestas de ley: en Amazonas, diputados quieren multar a quien use servicios públicos fingiendo emergencias con muñecos reborn. Mientras tanto, en Río de Janeiro… ¡se propuso una ley para homenajear a quienes los fabrican!
Sí: un estado quiere sancionar a los fans reborn, y otro quiere celebrarlos.
Comunidad reborn: “esto no es una broma”
Las llamadas “madres reborn” se defienden. El pasado fin de semana se reunieron en el Parque Villa-Lobos de São Paulo en su décimo encuentro nacional, con carriolas, accesorios, y todo un desfile de muñecos que parecen recién salidos de una incubadora. Afirman que esta actividad es emocional, artística y en muchos casos, una forma de sanar.
Lo curioso: el movimiento también tiene hombres, abuelos reborn, e incluso clínicas simuladas donde puedes hacer “ultrasonidos” de tu muñeco en desarrollo.
¿Locura o nuevo lenguaje emocional?
Aunque para muchos puede parecer extraño o hasta ridículo, expertos en salud mental han señalado que este tipo de juegos simbólicos pueden tener efectos positivos en ciertos contextos. Pero el problema viene cuando se cruzan líneas como el uso indebido de recursos públicos o el engaño a instituciones.
El debate está servido: ¿es esta fiebre una expresión legítima de afecto y arte… o estamos ante una señal de que la realidad se nos fue de las manos?
Y tú, ¿adoptarías un reborn?
Comenta, comparte y etiqueta a ese amigo que jura que no quiere hijos… pero tiene un muñeco de colección con más ropa que tú.
